Con las carboxamidas, el trigo tiene una vacuna efectiva contra la pandemia de roya amarilla.

Es una enfermedad que aparece cada vez más temprano y está desarrollando nuevas razas. En A Todo Trigo, Sumitomo Chemical lanzó un nuevo fungicida con el que se puede recuperar hasta 940 kilos por hectárea.

Lucrecia Couretot es una experta del Inta Pergamino que es referente a nivel nacional en fitopatología. En la última edición de A Todo Trigo, convocada por Sumitomo Chemical, trazó un panorama delicado sobre una pandemia que enfrenta el trigo todos los años y que multiplica los contagios en los lotes: la de royas y manchas.

Los daños que pueden provocar son significativos: los ensayos realizados por Couretot y su equipo indican que, en el caso de la roya amarilla, por cada incremento del uno por ciento en la severidad, se pierden entre 53 y 74 kilos por hectárea. Para roya de la hoja, son 40 kilos; para roya del tallo, 70.

La especialista centró su exposición en la roya amarilla que viene siendo la más agresiva en los últimos años, debido a que han proliferado nuevas razas del hongo que no solo actúan en momentos de frío, sino también cuando empiezan las temperaturas cálidas.

En principio, hizo hincapié en la necesidad de monitoreos tempranos y precisos: “Aunque tengamos niveles bajos de infección, siempre suele haber una presencia de la enfermedad mucho mayor a la que observamos. Y hay que recordar que cultivos como triticale o centeno, que se siembran más temprano que el trigo, son hospedantes de esta roya y pueden provocar los contagios”.

Al respecto, recortó que las esporas se transmiten por el viento y tienen alta capacidad migratoria, por lo que pueden viajar con facilidad de un lote a otro, incluso cuando estén separados por una gran distancia, y hasta trasladarse en la ropa de un productor o un asesor.

En este marco, uno de los datos sobresalientes que dejó Couretot es que los casos de roya amarilla se están detectando cada vez más temprano.

En Pergamino, por ejemplo, en 2016 las primeras apariciones fueron el 5 de octubre; en 2017, el 14 de agosto; en 2018, el 5 de septiembre; en 2019, el 31 de julio; y en 2020, el 28 de julio.

“Ya estamos detectando roya con apenas una a dos hojas, y en el caso de ciclos largos, apenas emergen. O sea, el cultivo ya nace con presencia de esporas en el ambiente”, alertó.

Lanzamiento

En general, Couretot señaló que el tratamiento más usual contra este hongo es con triazoles y estrobilurinas, pero que está creciendo también el uso de carboxamidas que aportan mayor complementariedad y elevan la eficiencia en el control.

Según la red de evaluación de fungicidas liderada por el Inta Pergamino, cuando se utilizan productos de este tipo, se logra un recupero promedio de alrededor de 120 kilos por hectárea. Y en caso de lotes con alta presión de enfermedades, se observaron diferencias favorables de hasta 300 kilos.

Bajo este panorama, el coordinador técnico de producto de Sumitomo Chemical, Mauro Balza, encabezó en A Todo Trigo el lanzamiento de un nuevo fungicida: Excalia Max.

“Se distingue porque es una nueva carboxamida, que combina dos modos de acción: Inpyrfluxam 6% más Tebuconazole 20%. Es sistémico, de aplicación foliar, sin riesgo de lavado ni fitotoxicidad, y con buena fotoestabilidad. Su acción es inhibir la respiración celular y la biosíntesis de ergosterol. Y tiene excelente eficacia contra royas y manchas en trigo, y contra roya asiática en soja”, resumió Balza.

La dosis recomendada, en el caso del trigo, es de entre 600 y 700 centímetros por hectárea. Y los ensayos realizados por Sumitomo han demostrado que es un producto con indicadores altísimos de control de estas enfermedades.

En el caso de aplicaciones simples, contra testigos con hasta 100 por ciento de incidencia y 30 por ciento de severidad de la roya amarilla, se logró bajar esas proporciones a 27 por ciento y 12,6 por ciento, respectivamente. En rendimiento, la respuesta fue de 940 kilos por hectárea.

En tanto, también se estudió una aplicación doble, sumando a Escalia Max una dosis de 400 centímetros cúbicos de Tazer Expert. En este caso, comparado con testigos con hasta 100 por ciento de incidencia y 40 por ciento de severidad, con el “doble golpe” de fungicidas se redujeron estos valores a solo 13 por ciento y uno por ciento, lo que significó recuperar 924 kilos por hectárea.